MURALES

Hacienda Santiago Ovando reunió a varios artistas mexicanos para pintar con la finalidad de recrear este predio como una nueva Unidad de Manejo Ambiental en Puebla, dedicada a la reproducción natural de los AJOLOTES.

 

Al ser una hacienda del Porfiriato, con mucha historia y habladurías, cada artista tuvo la misión de ilustrar varios relatos que supuestamente se habían llevado a cabo en la hacienda.

El mío hablaba acerca de la historia de una niña que decidió comer ajolotes por tres meses logrando curarse de un asma crónico que sufría.

Decidí hacer un autorretrato de la niña con una mujer parecida a mí, con alas de pulmones y dos ajolotes que le cuidan las espaldas.

Este mural me trae sentimientos encontrados, por un lado una buena relación con creadores  y por otro un proyecto que incumplió con los planes de protección animal y con los artistas.